La Vida en el Suelo

Aún se desconoce cómo surgió la vida en el planeta Tierra, aunque algunos científicos plantean que está se originó en el mar y luego se instaló sobre la superficie terrestre, específicamente sobre el suelo que se caracteriza por ser un medio complejo en constante actividad, compuesto de materia sólida (mineral u orgánica), líquida y gaseosa.

 Se tienen evidencias que en principio el suelo no era como se conoce actualmente.  Al igual que se conocen distintos procesos que han incidido, inciden y seguirán incidiendo en la producción o surgimiento de los suelos.

Entre estos elementos sobresalen: la erosión del agua, el descaste de las rocas, la descomposición de raíces y animales, entre otros que aparecen en función del clima, la vegetación, los organismos del suelo, la roca madre, la topografía y el tiempo.

Es en base a todo lo antes mencionado que se estima que para originarse alrededor de un centímetro de profundidad de suelo -en estado natural- se requieren más de 3,000 años. 

Siguiendo ese orden, si se visita, por ejemplo, un bosque, se tiene la oportunidad de percibir como operan los distintos organismos –macros y micros- en la superficie del terreno; con el fin de citar una de estas traemos a colación el proceso por el que pasan las hojas y ramas caídas, que ayudadas por los microrganismos (hongos, bacterias, actinomycetes y unos que otros macro-organismo) pueden volver al suelo.

Ahora bien, a la hora en que el ser humano (Homo sapiens) se propone crear un suelo, este opta por aplicar diversos materiales orgánicos, con el objetivo de que parezca lo más natural posible, a lo que comúnmente se le llama inyección de nutrientes y microorganismos.

Es aquí donde entran las pilas de compostaje, compost o composta, en las que se simulan las descomposiciones que ocurren en los bosques, donde aparecen los micro-organismos (ácaros, bacterias –micorrizas, rizobium, patógenas-, hongos, actinomycetes, protozoarios, entre otros organismos primitivos) como los macro-organismos (roedores, lombrices, hormigas, arañas, ciempiés, coleópteros, entre otros).

Cabe mencionar que cuando el compost llega a su etapa final se le conoce como ‘humus’, cuando esto ocurre es cuando pasa a formar parte del suelo.  Como se ha plasmado anteriormente, el suelo está lleno de vida y por su estructura porosa, puede almacenar nutrientes, que favorecen a los ya citados microorganismos.

No se puede pasar por alto que para que el suelo tenga la capacidad de producir y mantener o albergar la vida, éste debe cumplir con unas propiedades químicas determinadas: los Nutrientes, el pH, la Capacidad de Intercambio Catiónico, el porcentaje de Saturación Base, entre otras.

Como ejemplo el caso de los nutrientes, donde aparecen 16 elementos químicos que las plantas necesita tomar del suelo y la atmósfera para su desarrollo (Nitrógeno (N), Fósforo (P), Potasio (K), Calcio (Ca), Magnesio (Mg), Azufre (S), Boro (B), Cobre (Cu), Zinc (Zn), Manganeso (Mn), Hierro (Fe), Cloro (Cl), Molibdeno (Mo), Oxigeno (O), Hidrogeno (H) y Carbono (C).

En otro orden, se debe mencionar que el suelo tiende a deteriorarse y enfermarse por un sin número de motivos, uno de estos es el tiempo y la producción del mismo cultivo; ¿Por qué pasa esto? Ocurre que según el cultivo este tiene algún enemigo natural, siendo el caso de algún hongo o bacteria que le ataca y tiende a reproducirse con mayor facilidad y rapidez si se repite de forma indefinida el mismo tipo de plantación o sembradío.

Es debido a esto que se recurre a la producción de los popularmente llamados ‘cultivos mixtos’, que sirven como barreras o remedios naturales para contrarrestar esto, ya que detienen la sobrepoblación de estos microorganismos malignos sin la necesidad de recurrir a uso de productos químicos para lograrlo.

Finalmente, en base a todo lo anteriormente explicado, sí el suelo ha perdido su fertilidad y vida para recuperarlo se le debe incorporar una cantidad adecuada de materia orgánica, con el objetivo de lograr el equilibrio adecuado de nutrientes, igualmente se le debe suministrar el agua y el aire adecuado, conforme lo amerite el cultivo que se desea producir.

Documental la vida en el suelo: